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La ciencia no es cara, cara es la ignorancia*
Comunicado del Consejo Directivo del CCT CONICET Córdoba sobre la importancia del sistema de ciencia y tecnología para el desarrollo social y productivo de nuestro país.
A los ciudadanos y ciudadanas de la Provincia de Córdoba,
CONICET es la institución gubernamental de Ciencia y Tecnología más importante de América Latina, según el análisis realizado por Scimago, una organización internacional que construye un ranking de instituciones de Ciencia.
A través de numerosos convenios de cooperación, CONICET tiene una fuerte interacción con instituciones universitarias y con organismos nacionales de ciencia y tecnología, tales como CONAE, CNEA, INTI, INTA. Además, este Consejo forma parte de empresas mixtas como Y-TEC e INVAP. Esto sin mencionar la fructífera y estrecha colaboración con los más prestigiosos organismos internacionales de Ciencia.
El ingreso de investigadores/as, profesionales, técnicos/as y becarios/as a CONICET se realiza mediante concursos que aplican los más estrictos procedimientos de análisis de sus antecedentes. La permanencia en los cargos y el acceso a financiamiento por parte de los científicos/as, profesionales y técnicos/as del CONICET depende de la evaluación rigurosa y periódica de sus producciones por pares especialistas del país y del exterior.
Las investigaciones que los equipos científicos llevan a cabo con fondos del Estado Nacional dan lugar a la producción de conocimientos que se transfieren a productos y desarrollos tecnológicos, muchos de los cuales han permitido la creación de empresas de base tecnológica (EBT) y también convenios de vinculación con empresas privadas.
Las capacidades científicas y tecnológicas del CONICET, la formación científica de su personal, y el instrumental disponible, demostraron la capacidad de adaptación y dinámica para dar respuestas a diversos problemas de nuestra sociedad. Un ejemplo notable fue la rapidez con la que logró ponerse en marcha al servicio de las demandas que inesperadamente emergieron con motivo de la pandemia del COVID-19. Esto llevó a la producción de kits diagnósticos, respiradores y sistemas de protección como los barbijos, lo cual permitió resolver el problema derivado de las limitaciones a la importación, dado que los países centrales los reservaban para su propia población. Desde las matemáticas, la epidemiología, y las ciencias sociales, se realizaron estadísticas confiables para analizar la evolución de los contagios. Este impulso también dio lugar al desarrollo de la vacuna contra COVID de producción nacional, ARVAC, que próximamente estará disponible para ser aplicada. La exportación de barbijos y de kits diagnósticos produjo también un importante ingreso de divisas.
En síntesis, contar con un sistema de ciencia y tecnología es una fortaleza que permite tomar decisiones soberanas. Esto se demostró durante la pandemia, y se demuestra cuando la internet llega a lugares recónditos de nuestro país gracias a los satélites geoestacionarios de construcción nacional en INVAP, con la producción y venta al exterior de reactores nucleares de construcción nacional, con el desarrollo de baterías de litio en Y-TEC, con el trigo resistente a la sequía desarrollado y patentado por CONICET y la empresa Bioceres, la producción de sistemas nanoestructurados para el transporte de micronutrientes y de fármacos, el desarrollo de equipos electrolizadores para producción verde de hidrógeno, estudios sobre mosquitos y dengue, monitoreo de la resistencia a antibióticos, alternativas para mejorar alimentos, diagnóstico de precisión para el tratamiento del cáncer, etc. Éstos y tantos otros logros en el campo de las ciencias sociales y humanas son posibles con la inversión del Estado, a veces con la contribución del sector privado, pero esencialmente con la sólida formación académica y el incansable trabajo del personal de ciencia y tecnología.
Sin CONICET, sin Universidades, sin un sistema de ciencia y tecnología y sin inversión del Estado no sería posible el desarrollo social y productivo de nuestro país.
*Cita de Bernardo A. Houssay, fundador del CONICET.